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Mostrando las entradas de agosto 2, 2024

No 36 «Quemando las naves del destino»: «Despedida en solitario de un viaje sin Regreso»

   «Despedida de en solitario de un viaje sin Regreso» D espués de un largo y arduo proceso, por fin llegó el momento en el que pude sostener en mis manos la visa que me permitía viajar a Canadá. Ese papel significaba mucho más que un simple documento, era la confirmación de que había tomado una decisión importante en mi vida. Estaba decidido a enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en mi camino y a quedarme en ese país, cueste lo que cueste. "También sé cuándo cerrar la puerta y seguir adelante. A veces, quedarse es más sencillo que partir, pero cuando decido irme, no hay retorno. El adiós es mi forma de proteger lo que aún queda de mí." —¿A qué precio? —Nuevamente, el pensamiento me asaltaba: —¿Cómo haré una vez llegue a mi destino? —Mi visa era del 26 de julio al 15 de agosto de 1988. —¿Y después? —Era de conocimiento general que las dificultades de los trámites migratorios, sobre todo para individuos con un conocimiento limitado del idioma y sin una profesión de