No 44 "Entre risas y lágrimas: El dulce misterio de vivir"
A medida que me acerco al final de estas memorias, no puedo evitar reírme de la vida que he vivido. —No es una risa burlona— aclaro, —sino una risa de asombro y gratitud. Las desgracias que alguna vez parecieron montañas insuperables, ahora se ven como simples colinas en el paisaje de mi existencia. Recuerdo las ambiciones de mi juventud: “Dejaré una huella imborrable en el mundo”, me decía. Ahora, sentado aquí, escribiendo estas líneas, me doy cuenta de que la huella más importante es la que dejamos en los corazones de quienes nos rodean. A veces, en medio de la reflexión, me sorprendo pensando: “¿Estoy llorando? ¿O estoy riendo?”. Me río de los momentos de torpeza, de las preocupaciones que resultaron infundadas. Lloro por las oportunidades perdidas, por los seres queridos que ya no están. Pero en esa mezcla de emociones, descubro una verdad profunda: somos todos viajeros en este tren de la vida. La muerte, ese gran misterio, ya no me aterra. “Quizás sea una puerta que se abre a alg...