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Mostrando las entradas de septiembre, 2024

No 44 "Entre risas y lágrimas: El dulce misterio de vivir"

A medida que me acerco al final de estas memorias, no puedo evitar reírme de la vida que he vivido. —No es una risa burlona— aclaro, —sino una risa de asombro y gratitud. Las desgracias que alguna vez parecieron montañas insuperables, ahora se ven como simples colinas en el paisaje de mi existencia. Recuerdo las ambiciones de mi juventud: “Dejaré una huella imborrable en el mundo”, me decía. Ahora, sentado aquí, escribiendo estas líneas, me doy cuenta de que la huella más importante es la que dejamos en los corazones de quienes nos rodean. A veces, en medio de la reflexión, me sorprendo pensando: “¿Estoy llorando? ¿O estoy riendo?”. Me río de los momentos de torpeza, de las preocupaciones que resultaron infundadas. Lloro por las oportunidades perdidas, por los seres queridos que ya no están. Pero en esa mezcla de emociones, descubro una verdad profunda: somos todos viajeros en este tren de la vida. La muerte, ese gran misterio, ya no me aterra. “Quizás sea una puerta que se abre a alg

No 43 "El Refugio de la Esperanza: La eternidad de un instante""

  El viento de Montreal soplaba con una intensidad que parecía arrancar no solo las hojas de los árboles, sino también los recuerdos que había intentado ocultar en lo más profundo de mi ser. Era como si la ciudad, con su manto de nieve y su silencio penetrante, quisiera despojarme de mi pasado, deshojando lentamente las memorias que aún me aferraban a mi tierra. Pero no, esos recuerdos no se iban tan fácilmente. Permanecían suspendidos en el aire frío, flotando a mi alrededor como las luciérnagas de las noches cálidas de mi infancia, enredándose en mi cabello, susurrándome al oído que aún no era libre, que el pasado no se olvida, simplemente se transforma. La espera, esa compañera implacable, se había convertido en mi sombra. Se movía conmigo, alargando sus brazos invisibles cada vez que intentaba escapar de sus garras. Y sin embargo, en su abrazo helado, encontré un extraño consuelo, una especie de tregua con el tiempo que me permitía mirar hacia dentro, explorar los rincones oscuros